20 años no importan (2013) Película

Hay películas en las que el crítico sabe de forma previa lo que va a ver. No se trata sólo de una cuestión de prejuicios, sino del dudoso tufillo de la premisa argumental y de cuantos profesionales han intervenido en la puesta en escena de la misma. Y luego, cuando sale de verla, el ego se le hincha al crítico -mal asunto- y se siente Jean-Luc Godard, como cuando el singular cineasta franco-suizo iba al cine a ver películas después de haber echado pestes de ellas para confirmar su infalible olfato. Algo de todo ello sucede con “20 años no importan”: previsible comedieta romántica, tan fácil de ver como de olvidar. El esforzado realizador David Moreau describe los rifirrafes sentimentales de una pareja la mar de peculiar. Ella es la veterana profesional de una exitosa revista de moda (encarnada con ironía por la discreta Virginie Efira), que se lía con un chaval (interpretado por el poco experimentado Pierre Niney), mucho más joven que ella, con la idea de confundir a cuantos la rodean sobre su insulsa vida privada. Lo cual da paso a un montón de equívocos, sometiendo sus cuitas a una imparable ráfaga de diálogos, bastante insustanciales por cierto. Ahí está, a mi juicio, el error garrafal del enredo, un pequeño detalle que la invalida de cabo a rabo. Porque estamos ante la insignificancia absoluta de unos personajes almibarados, con excepción del director de la revista donde trabaja la protagonista, un redomado machista que sirve de contrapunto a la idealizada historia de amor que se desarrolla a continuación. Asimismo, “20 años no importan” examina de manera superficial un cambio en el papel de los roles entre hombres y mujeres y las expectativas de esos roles. Después del movimiento feminista de los 60, en el que la meta era conseguir la paridad en todo, la realidad es que las mujeres están extenuadas. Ellas trabajan el doble, mientras los hombres están mano sobre mano.