Alabama Monroe (2012) Película

Existe un tipo de dolor que algunos consideran reconfortante, el que se instala entre el sufrimiento hondo y cuasi espiritual que emanan las pasiones vivientes y los placeres sadomasoquistas. A ese tipo de dolor apela Felix Van Groeningen en “Alabama Monroe” mediante la exposición de la génesis, tragedia y desintegración de una pareja sometida al golpeo implacable de un guion que aflora el melodrama que habita en el sustrato de las canciones country a ritmo de bluegrass. No todo está perdido si se analiza “Alabama Monroe” tamizando sus impurezas, las manipulaciones emo a las que recurre la cámara penitente y su afición por fijar la mirada lacrimosa del espectador en párrafos visuales que corrompen la interpretación pura y libre de la película, pero no es fácil, aunque el asidero de la arrolladora Veerle Baetens atrae una y otra vez la atención sobre una playlist que incluye temas en los que la actriz belga se siente arropada por el espíritu de la ‘Coal Miner’s Daughter’ de Loretta Lynn. Su lectura lineal sería insostenible, lo que impulsa a Van Groeningen a fracturar la escritura cronológica mediante flashbacks y flashforwards insertos en el racconto de la unión sentimental de dos almas perdidas que suspiran juntas por pertenecer a una América redneck idealizada desde la distancia, la misma que les da la espalda cuando la necesitan. Libre del escrutinio formal al que daría pie una narración ordenada, Van Groeningen alitera los escalones de una progresión dramática detenida en un punto que bordea los límites de la lágrima fácil con el propósito de escamotear su filiación telefílmica. A su favor, diremos que logra el fin último para el que fue diseñada, pero es una lástima que sobreactúe cuando aborda la discusión entre la fe y la razón previa a la escenificación de un milagro cinematográfico que prolonga el dilema que inspiró “The Broken Circle Breakdown Featuring the Cover-Ups of Alabama”, un espectáculo teatral escrito por Johan Heldenbergh y adaptado al cine por Carl Joos y Felix Van Groeningen.