300: El origen de un imperio (2014) Película

En el origen de “300?, de Zack Snyder, James Gunn depositó con efectividad un texto que hizo posible la oleaginosa transliteración de una colección de viñetas de marcado acento fascistoide en iconogramas móviles insertos en el tracto de un espectacular peplum hiper digitalizado con ribetes filogay. Su éxito dio pie a proyectos como “Spartacus” y “Furia de Titanes”, pero, por encima de todo, inauguró una tendencia basada en el revisionismo histórico/mitológico desde el punto de vista de un portero de discoteca. Enterrando en cal viva los escritos de Herodoto y Plutarco, este esqueje desgajado de la obra seminal de Frank Miller toma como protagonista al general Temístocles para procurar un acercamiento a las hazañas que tuvieron lugar durante la invasión persa desde un ángulo que confunde la heroica hoplita con el pragmatismo ateniense. Poco importa, en tanto que la historia de los ‘strategoi’ griegos no es sino una excusa para acelerar el anabolismo de un largometraje que sintetiza su aparatosa musculatura gráfica a partir de cuerpos aerografiados, full frontals y efectos de postproducción. Con Eva Green como centro de un abigarrado universo ahistórico, Noam Murro se siente libre para adoptar poses antinarrativas que confinan todo simulacro de progresión en un bucle en el que las imágenes al ralentí sobreescriben la memoria de sus mejores aciertos, y no hay mejor ejemplo de esta iteración que la corriente de flashbacks que alumbran el pasado del tirano persa interpretado por Rodrigo Santoro. Si “300? alineó defensores y detractores en dos bandos irreconciliables, el seguidismo mercenario de Murro difícilmente aliviará las expectativas de los machos alfa que corearon al unísono para jurar venganza por la muerte de Leónidas a manos de Jerjes.

Antigua Grecia. Guerras Médicas. El general ateniense Temístocles (Sullivan Stapleton) lidera a un grupo de valientes griegos dispuestos a plantar cara a los nuevos y renovados peligros del rey persa Jerjes (Rodrigo Santoro), ya dispuesto a la aniquilación total de Grecia. En esta película nos encontramos ante un planteamiento interesante en su narración: utilizando como punto de partida la anterior película de “300”, que se centraba en la batalla en el Paso de las Termópilas, esta nueva entrega es precuela, narración paralela y secuela, todo a la vez. La verdad es que el guión es bastante predecible, aunque esta pequeña innovación argumental se agradece.Pero sin lugar a dudas el punto fuerte de la película es su puesta en escena, tal y como fuera en “300”. Tratada digitalmente a la perfección, con planos que parecen verdaderas viñetas de comic, muy espectacular visualmente (sangrienta pero espectacular), envuelta en su totalidad de un halo de solemnidad que sin duda engancha al espectador, mucho más entretenida y dinámica que su predecesora. Además, la banda sonora acompaña perfectamente todas estas escenas mastodónticas de guerras navales en las que se centra el grueso de la película.En cuanto al reparto, me gustaría destacar a dos personajes: Jerjes y Artemisia. Si bien “los atenienses” no son más que los primos hermanos que “los espartanos” (aunque no es que se lleven muy bien entre ellos), sin duda los dos personajes más carismáticos se encuentran en el bando persa. Jerjes, encarnado por Rodrigo Santoro, ya nos impresionó en la primera película con ese aire a lo “reina del carnaval brasileño”, pero que sin duda es muy provocador. En esta cinta, a pesar de no ser más que un personaje secundario (le podrían haber dado más juego para mi gusto) lo más trascendental es ver su conversión en el dios-rey. En cuanto a Artemisia, a la que da vida la genial Eva Green, es el despecho personificado. Una mujer griega a la que sus compatriotas le quitaron todo y que engendra un profundo odio en su interior que le hará convertirse en una general de guerra casi diabólica. Un papel bastante similar (salvando las distancias) al que encarna en “Sombras Tenebrosas” y que parece irle como anillo al dedo. En resumen, un film mejor que su predecesor, llamativo e impactante y muy entretenido para los amantes de este tipo de películas.Lo mejor: Eva Green, la puesta en escena general de la película.Lo peor: El guión es muy predecible. Carece del efecto sorpresa