3 dí­as para matar (2014) Película

Con “3 días para matar” estamos ante un convencional ‘thriller’ del viedoclipero realizado californiano McG (pseudónimo de Joseph McGinty Nichol), dispuesto aquí a transformar al inefable Kevin Costner en un ejecutor internacional, al que intenta adornar asimismo con ciertas dosis de humanidad. Pero hubiera hecho falta un actor de más fuste para dar vida a semejante personaje, no sólo a la greña con sus implacables enemigos -apodados ‘el Lobo’ y ‘el Albino’-, sino también con sus desatendidas esposa e hija. A partir de ahí, el chapapote montado por el director McG (“Los ángeles de Charlie”, 2000), el productor Luc Besson (“Taxi”, Tim Story, 2004) y el guionista Adi Hasak (“Desde París con amor”, Pierre Morel, 2010) carece de entidad. Precisamente, la ciudad de la luz sirve de marco a algunas de las secuencias más aparatosas del filme, fotografiado por otro integrante del mismo equipo, el reputado camarógrafo Thierry Arbogast, al que se deben algunas espectaculares vistas de la urbe, en un mejunje echado a perder por la escasa consistencia del guión, que se alarga de forma innecesaria con el fin de insertar las inevitables escenas de acción, rodadas con ritmo vivo, montaje sincopado y ninguna originalidad en su efectista resolución. En la segunda mitad de “3 días para matar” algo hace ‘catacrac’ en la intriga. El espectador es proyectado fuera de ésta, incapaz de asimilar los giros y retruécanos que se van sucediendo sin ton ni son, siempre subrayados por estridentos efectos sonoros. Y la parte final es un cúmulo de despropósitos que evidencian la falta de inventiva de sus responsables. Se ve con prisa y también parece que haya sido filmada con prisa, incluido el previsible desenlace de un ‘thriller’ de tres al cuarto. En fin, no quiero repetirme, pero ¿por qué ese empeño en realizar películas de acción pura y dura por parte de profesionales que no parecen estar convenientemente dotados para ello?