Ahora me ves... (2013) Película

Pocas artes maridan tan bien con el cine como la magia. Lo supo el genio del ilusionismo George Méliès la primera vez que tomó contacto con un invento que parecía diseñado para hacer realidad lo imposible por medio trucos de montaje artesanales, aunque la violenta evolución de las técnicas de prestidigitación audiovisual nos hayan arrebatado la noción de aquel sense of wonder primigenio que hoy se confunde con la burda espectacularidad.Louis Leterrier no está en posición de discutir con el pionero de los viajes a la Luna, pero sí parece dispuesto a escuchar el consejo de un maestro que fundó la gramática de los FX para ponerla al servicio de un discurso narrativo en el que el golpe de efecto es un signo que pelea por integrarse en el lenguaje cinematográfico. Si jugásemos a adivinar el modelo sobre el que se asienta “Ahora me ves…” tendríamos que citar la influencia de la cuadrilla timadores de Steven Soderbergh, aunque también podría servir como referencia “El golpe”, de George Roy Hill, siempre que nos fijemos en ambas sabiendo que Leterrier traslada el centro de gravedad dramático a unas set pieces entorno a las que giran sus personajes. Fácil notar que los primeros, y hábiles, pases de “Ahora me ves…” están destinados a bosquejar la estructura de una franquicia en la que cualquiera de los personajes -a excepción, quizá, de Mark Ruffalo- parecen intercambiables, una obviedad que no amarga la lectura de un primer acto, de excelente factura y ritmo narrativo, en el que Leterrier se esmera en concretar la funcionalidad de unos arquetipos que experimentarán un arco dramático tan predecible que podemos anticiparlo desde la primera escena. Es discutible la obsesión de Leterrier por revelar la mecánica interna de sus números de magia, aunque éste proceso forme parte de un truco final que parece trasladar las enseñanzas de Jasper Maskelyne a la escritura de un blockbuster enteramente disfrutable.